Un gendarme de 40 años quedó detenido, ayer a la mañana, por haberles propinado una brutal golpiza a su esposa de 35 años y a su hijo de 14. Además, la Policía le secuestró el arma reglamentaria con la que había amenazado de muerte a la mujer, según afirmó la denunciante.
Fuentes policiales contaron a LA GACETA que el hombre trabaja en Campo de Mayo, provincia de Buenos Aires, pero le habían dado permiso para que viajara a Tucumán y pasara el fin de semana largo con su familia, que vive en la zona de Villa 9 de Julio. Por eso el gendarme llegó a su casa el viernes al mediodía.
De acuerdo a la denuncia de la víctima, su esposo tocó el timbre y desde la puerta ya comenzó a insultarla. La mujer le abrió, entraron a la casa y allí empezó la golpiza. "Aparentemente, se trató de un ataque de celos", estimaron las fuentes.
El gendarme le propinó varios golpes de puño a su esposa en la cabeza y otras partes del cuerpo. Además, le dejó varios rasguños en el rostro. En ese momento estaban también en la casa los tres hijos del matrimonio: un adolescente de 14 años y dos niñas de ocho y 11 años.
Las fuentes relataron que el hijo mayor intentó defender a su mamá, pero su padre lo abofeteó y le pegó varios golpes, mientras las niñas presenciaban la escena envueltas en una crisis de llanto. Luego el hombre sacó su arma reglamentaria, apuntó a la mujer en la cabeza y amenazó con matarla.
Minutos más tarde, el agresor subió a su auto y se fue de la casa. Entonces la mujer aprovechó para salir con sus tres hijos y buscar refugio en la vivienda de un familiar. Cuando ya estuvo contenida por sus parientes, se acercó a la Dirección General de Investigaciones y denunció a su esposo por violencia de género. Además, aseguró que el hombre comenzó a agredirla física y verbalmente hace aproximadamente dos años.
En cuanto se le comunicó el hecho, la fiscala Adriana Reinoso Cuello ordenó la detención del individuo y que se les garantice protección a las víctimas. Uniformados de la sección Seguridad Personal detuvieron al gendarme ayer a la mañana, cuando intentaba ingresar a su casa.